A los largo de los años, el conocimiento sobre medicina natural, ha tenido un papel importante en el cuidado de la salud de las comunidades indígenas, que culturalmente es promovido por guías espirituales, curanderas, abuelas, abuelos, madres y padres, son quienes se encargan de tratar las enfermedades en las familias, prácticas que van transmitiendo de generación en generación.

En medio de la emergencia sanitaria, a pesar de las condiciones desfavorables que cuentan los pueblos originarios en el mundo, sin embrago, su capacidad para afrontarla ha recurrido a sus conocimientos ancestrales.

Ante el COVID-19, una vez más, los pueblos indígenas nos muestran su capacidad de resiliencia, con el fomento de sus conocimientos y prácticas ancestrales para proteger la salud de su familia y en especial, al de los más pequeños, los niños y niñas.

Un ejemplo de resiliencia es doña Margarita, conocida en su comunidad por su aporte en la medicina natural, en casa tiene un huerto medicinal que hasta la fecha tiene sembrado 27 especies de plantas con propiedades curativas y, en este tiempo de la pandemia, sus vecinos llegan a acudir con ella cuando requieren de algún medicamento. Además, ella fue una de las participantes de un proyecto que hace algunos años ejecutamos en conjunto con el Comité Campesino del Altiplano CCDA en comunidades rurales del Quiché, donde se promovieron jardines botánicos y el aporte de ella fue fundamental.

Ella es consciente que el COVID-19 aún no tiene tratamiento, mientras tanto la enfermedad está causando efectos secundarios en la población, como el miedo, el estrés, entre otros malestares, ella dice “es común que en estos días mujeres y hombres padezcan de estrés, se les alteran los nervios y otros males que causa la falta de trabajo y dinero, sobre todo, el miedo a padecer de la enfermedad, y es allí donde entra el papel de la medicina natural” señala.

La albahaca es una de las referencias de doña Margarita, por sus propiedades medicinales, como el fortalecimiento del sistema inmunológico. Ella recomienda que, en estos días, la salud mental debe estar bien. “Afortunadamente en mi comunidad no se ha presentado ningún caso positivo de COVID-19, pero las personas últimamente se enferman o se resfrían, se asustan y piensan que es la enfermedad, pero no es así, yo les aconsejo que hagan un té de albahaca y eso les ha ayudado bastante, además de relajarlos, fortalece sus defensas” indica.

Las niñas y niños también sufren las consecuencias, en esto días es común verlos enfermarse constantemente por gripe, fiebre o dolores de garganta, según lo expresa doña Margarita “Los niños también están estresados en casa, llevan mucho tiempo de no ver y jugar con sus amigos de la escuela, eso les afecta, por eso se enferman y lo malo es que los padres no cuentan con dinero para comprarles medicina y es por eso, yo recomiendo plantas medicinales” recomienda.

La manzanilla, es otro de los medicamentos naturales que tiene propiedades curativas y está al alcance de todos.

Actualmente, son varias las comunidades que conservan el conocimiento ancestral, mujeres como doña Margarita es referente para que estos conocimientos persisten o como Glenda, una madre joven que poco a poco va adquiriendo conocimientos y haciendo uso de las plantas medicinales.

“Hay plantas medicinales que no conocíamos, ahora elaboro medicamentos para mi hija” Glenda, impulsora de medicina natural y participante de un proceso que Educo Guatemala ejecuta con Prodessa en comunidades del Quiché.

Algunas de las especies medicinales que se puede encontrar en el huerto de doña Margarita son: verbena, albahaca, hinojo, manzanilla, romero, ajenjo, pericón, té de María Luisa, menta, ruda y la lista sigue, ella comenta “hay otro grupo de plantas que también tienen propiedades curativas, pero no conozco el nombre, pero los voy a investigar más adelante”.

En medio de la emergencia sanitaria, ella recomienda algunas recetas que resultan efectivas, principalmente para aliviar enfermedades relacionadas con las vías respiratorias, son estas:

Té de Verbena:

La Verbena, es una planta muy conocida en la comunidad, en idioma k’iche’ se le conoce como Chachal’ b’e, es un remedio efectivo para bajar la fiebre. Se puede hacer una infusión, agregarle café cargado y limón, tomar un baso antes de acostarse, permite liberar las toxinas del cuerpo mientras se duerme “pero eso sí, le da por sudar a uno y es preferible abrigarse bien, aguantarse y no exponerse al sereno. Al siguiente día, uno se levanta como nuevo” recomienda.

Manzanilla con jengibre y miel

En caso de dolor de garganta y tos, ella recomienda una infusión de manzanilla, con jengibre y miel para aliviar el dolor y ayuda a desinflamar. “Es recomendable para toda la familia” indica.

El temascal o Tuj

El Temascal, en idioma k’iche’ se dice “Tuj”, en un tipo de baño de vapor, aparte de procurar la higiene corporal, tiene otros beneficios en la salud de la familia. Generalmente es una mediana construcción echa de adobe, cubierto con techo de teja o lámina. Dentro del mismo, se calientan piedras sobre las que se echa agua con un manojo de plantas aromáticas, éstas pueden ser, hojas de sauco, eucalipto, otras plantas que no tienen traducción en español, por ejemplo, el “kiewuj” en idioma k’ich’e, además de otras especies que se utilizan con el fin de crear un baño de vapor.

Actualmente, el temascal es de uso constante en las familias indígenas por la gran variedad de beneficios que trae al cuerpo, “las plantas fortalecen el sistema respiratorio y el cuerpo para que resista a las enfermedades porque lo purifica de toxinas desde adentro” dice doña Francisca.

También es un lugar seguro donde se llevan los cuidados a las mujeres embarazadas, porque les permite fortalecer el cuerpo, verificar que el bebé esté en la posición adecuada y no se resfríe. Es una buena práctica que vela por el bienestar del niño o la niña desde su concepción y de la mamá también.

Es importante valorar el conocimiento y las prácticas tradicionales que los pueblos indígenas implementan para el cuidado de la familia y de los niños y niñas durante esta emergencia sanitaria y, en este año, también compartimos la temática que las Naciones Unidas ha impulsado para conmemorar el Día Internacional de los Pueblos Indígenas “COVID-19 y la resiliencia de los pueblos indígenas”.

Ahora nos queda preservar y promover estos conocimientos para que podamos aprovecharlo durante la pandemia, para el bienestar de la familia y de la niñez.